Inicio de curso 2016/17: “Siempre hay un@ que nos une. Manos a la obra”
Hemos comenzado ya un nuevo curso. El inicio de cualquier actividad es siempre un buen momento para hacer planes para el futuro, para retomar el trabajo con aliento renovado, para volver a empezar con ilusión, para revisar el pasado y hacer propósitos de mejorar. Empecemos pues este curso dando gracias a Dios porque confía en nosotros y pone en nuestras manos lo que más quiere: la vida de sus hijos.
Presentamos el lema para el curso 2016-17: “Siempre hay un@ que nos une. Manos a la obra”.
El amor es quien nos une. Pero no cualquier amor, sólo el amor paciente, que perdona y promueve el perdón, que comprende y acompaña. Con la idea de “construir, actuar…” hemos tomado como símbolos, además de las chinchetas y el hilo, dos elementos: Las manos y los puzzles que también nos sugieren la idea de la acción común de “edificar, hacer… entre todos”.
Podemos ser nosotros como un puente para unir a quienes permanecen divididos o separados. El propio educador amigoniano tiene que ser también, en este sentido, quien genere unión en el grupo, quien enseñe a trabajar de manera cooperativa con un objetivo común.
¿MANOS A LA OBRA…?
Manos a la obra es ponerse en camino, avanzar, no estancarnos y ser testigos de Aquel en quien creemos.
Manos a la obra es creer que es posible un mundo mejor si todos ponemos de nuestra parte para que se haga realidad el mensaje de Amor que Jesús nos trajo.
Manos a la obra es buscar individualmente y en grupo a un Dios que, se empequeñece haciéndose hijo de un carpintero, para recordarnos que lo sencillo es grande.
Manos a la obra nos invita a salir de nuestro círculo de egoísmos y debilidades para aproximarnos a un Dios bondadoso que siempre nos ofrece la oportunidad de cambiar.
Manos a la obra es tomar las piezas del puzle de la vida para ir completando la bella imagen que Dios nos ha regalado con la vida.
Manos a la obra es abrazar, proclamar, denunciar, anunciar, interpelar, actuar… desde el modelo de Jesús de Nazaret.